¿Hay salida para mi negocio durante y tras el concurso?
- Sí, desde luego. Pero una salida ordenada implica una planificación financiera sensata. El concurso permite dejar de pagar deudas pasadas, pero exige disponer de liquidez para poder afrontar el día a día del negocio. Es un juego de equilibrio, que la mayoría de empresas españolas no realizan. Normalmente se acude al experto asesor concursal cuando ya no hay liquidez ni capacidad de obtenerla. En esa situación la salida es compleja. Pero la planificación ordenada de la tesorería con un enfoque concursal sí permite en algunos casos la subsistencia. En ese enfoque debemos profundizar todos.
¿Por qué en un momento determinado el concurso es la mejor solución?
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Aunque pueda sonar raro, a veces el concurso es la mejor solución. En este aspecto hay tres lecturas. Una primera de pura exigencia legal, esto es; si estás en situación de insolvencia NO HAY MÁS REMEDIO que solicitar el concurso. Una segunda sería la preparación de una solución de convenio. Trocear la deuda y aplazarla podría permitir la supervivencia del negocio. Este punto exige valentía por parte del empresario, ya que hay que ser rápido y no dejar que el deterioro se consolide. Y una tercera sería la solución de venta de unidades productivas. A veces, por la situación de la propia empresa, la solución de convenio no es posible. Una venta de unidad productiva podría ser la única alternativa. Pero el problema en estos casos es, de nuevo, la celeridad. Para que parte de la actividad se salve hay que ser rápido.
¿Es el concurso una solución cara?.
Depende. En la crisis de 2007 hubo muchos concursos de empresas inmobiliarias. Por su configuración estas empresas disponían de activos y pasivos con enormes valoraciones (suelos, promociones, viviendas..) financiados con hipotecas millonarias.. Los costes del procedimiento se calculan como un porcentaje de esas magnitudes. Por ese motivo se extendió la idea que asociaba el concurso con un procedimiento muy caro. Hoy en día, la crisis es general. Afecta al sector inmobiliario y a proveedores de todo tipo de servicios, pequeñas industrias… Empresas que tienen activos y pasivos moderados. En estos casos la solución concursal no es cara, teniendo en cuenta que la carga de trabajo es la misma. Por poner un ejemplo; Una empresa con 2 empleados y con enorme solar hipotecado en el centro de una ciudad, probablemente tendría un concurso caro. Sin embargo, una empresa de servicios con dos empleados y con las oficinas arrendadas, tendría un concurso muy barato. Por tanto, hay que distinguir muy bien qué tipo de empresas necesitan acudir al concurso, para concluir si el procedimiento es barato o caro.